La colitis se considera una inflamación del revestimiento del colon o intestino grueso, un tubo muscular encargado de procesar los desechos de la digestión el cual se encuentra ubicado dentro de la cavidad abdominal y está rodeado por diversas capas de tejido.

Las causas de la colitis pueden ser múltiples, pero producen una inflamación de los tejidos del revestimiento provocando dolor abdominal, cólicos, inflamación, estreñimiento y diarrea. Existen distintos tipos de colitis como la ulcerosa, hemorrágica, linfocítica, colágena, infecciosa o crónica, entre otros. Incluso, existe otra clasificación de acuerdo con las causas que la provocan.

La más común es la colitis ulcerosa la cual afecta a personas de todas las edades, puede permanecer en el recto o extenderse a zonas más altas del intestino grueso. Entre los factores de riesgo que la hacen más propensa a aparecer se encuentran los antecedentes familiares y las enfermedades autoinmunes.

Para diagnosticarla es importante realizar pruebas y exámenes como una colonoscopia con la que se examina la totalidad del colón. También pueden incluirse una prueba de anticuerpos en sangre, enema opaco, tomografía computarizada o endoscopia superior, entre otros.

Una vez diagnosticada la colitis ulcerosa requerirá de un tratamiento con dieta, la ingesta de mucha agua, evitar alimentos grasos, limitar los productos lácteos, reducir el estrés y probablemente un especialista te recetará medicamentos para disminuir los ataques de colitis.

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